viernes, 27 de noviembre de 2009

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Solo quedan unos pocos ayeres y muy pocos mañanas. No he querido enamorarme, por que nunca creí demasiado en el amor, ni tampoco en los finales felices y mucho menos en los principes azules. Pero de pronto un día, ¡Un día!, me sentaron cerca de ti y lo supe, supe que ibas a ser tu mi nuevo mañana.

5 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

Yo no sé lo que es sentir eso todavía, pero debe ser frutifantástico, cariño.

Muá.

I dijo...

Tu texto me ha recordado a una frase que leí o que escuché... en realidad no me acuerdo de dónde la he sacado pero decía algo así como "vive la vida como si fuera un cuento de hadas".
La verdad es que eso no se puede cumplir así literalmente, que la vida no sería lo mismo sin sus cosillas malas y claro, también por esas cosillas malas somos capaces de apreciar más las buenas.

Y es tan bonito eso de notar que una persona es la pieza que te faltaba del puzzle, que no le cambiarías nada porque si no no sería el mismo...

Un beso!

Vanille Galaxy dijo...

Que bonito tiene que ser tener un mañana así :)

Beso!

Noelia Oviedo dijo...

Hola XD
yo aún no creo en los principes azules y los finales felices. Pero aún así tengo preparada para ver Pd. Te amo.

saludos.

Paula dijo...

No existen los FINALES felices, lo mejor es cuando no hay final. :)

Muacks